Cuaderno de Ruta 14 abril 2012

miércoles, 2 de mayo de 2012 |


Todas las ediciones tienen su peculiaridad, y en ésta ha sido el menor número de participantes -especialmente si comparamos con el pasado año del Centenario-, así como la predominancia de los amantes del largo recorrido. De los 115 inscritos, casi la mitad (53) salen desde Almería. El resto se repartieron de manera desigual a lo largo del recorrido, incluso con ausencia de participantes en puntos como Rágol.


En Ballesol ya hay gente desde antes de las 6:00 de la mañana (algunos venidos desde el propio Canjáyar, con el madrugón pertinente), y la rutina de pasar lista y repartir mapas y pañoletas es conocida, pues casi todos han participado en ediciones previas. Como anécdota, el participante más joven desde Almería tiene 14 años y conseguirá finalizar la ruta. También tenemos presente que durante la jornada podremos contactar con otro grupo (de Fernando y Pilar) quienes tenían prevista esta misma fecha para hacer idéntica ruta, y han decidido finalmente salir sobre las 05:00.

Con un par de ausencias -confirmadas con anterioridad- y todo el grupo con ganas de iniciar la marcha, casi olvidamos esperar a los voluntarios de Protección Civil, que llegan puntuales para apoyar a la ruta con siete efectivos y dos vehículos. Salimos a las 06:35 horas con Lucía, Alejandro y Carlos a la cabeza, mientras Jesús cierra. Néstor nos alcanza unos minutos después.

Pasando el Cortijo Cucarro esquivamos un profundo agujero en medio del camino, que sigue igual de peligroso que el año pasado, especialmente cuando todavía es noche cerrada. El primer repecho, tras la presa, es el de mayor pendiente de toda la jornada (casi del 25%) y hace enmudecer al más locuaz. Así que con la manida excusa de “qué bonita se ve Almería”, el grupo se recompone para iniciar la antigua vereda de piedra. Desde el primer momento se aprecia un grupo más homogéneo que otros años, lo que permite llevar un ritmo más constante. Se cumplirá el horario en general, con la particularidad de que a lo largo de la jornada se va comprobando que la cabeza se adelanta y es la cola del grupo la que más se aproxima a los tiempos previstos.

En la víspera habíamos recibido los ánimos de Marga y Jesús -que por primera vez no nos acompañaron- deseándonos que tuviésemos “un bonito amanecer”, y así fue. Llegamos a la primera parada, en el olivo del Cortijo el Pocico, con 9 minutos de adelanto. Ocasión para comprobar las distintas “barritas energéticas” que traen los inscritos.

Proseguimos la marcha por los espartizales del Collado de los Conejos, comprobando cómo las motos han dejado impracticables algunas partes de la senda por la profundidad de las roderas. El monte es de todos, pero deberíamos evitar el dejar nuestro rastro de manera tan evidente, máxime cuando se trata de terrenos tan blandos.

La bajada a la Rambla de las Balsas hay que tomarla con calma y clavar los bastones con seguridad. A pesar de ello, siempre hay algun aterrizaje sin consecuencias. Tras la reagrupación continuamos hasta la parada prevista cerca del Cortijo Chilindra, al que llegaremos a las 09:58, manteniéndose el adelanto de 9 minutos. En este punto compartimos bocata y conversación con los vehículos de Protección Civil.

Se reanuda la marcha con Jesús a la cabeza, por los caminos de la zona minera. El trazado es cómodo, el sol no pega demasiado, el ritmo se aviva, y el grupo se estira pero sin llegar a romperse. Así llegamos al Collado de las Colmenas, e iniciamos el descenso hacia la Rambla de Huéchar, que acompañamos hasta encontrar la Rambla de Alhama, con uno de los puntos más espectaculares del camino: La Puente. Después de tantas horas al sol del campo abierto, se agradece la corriente de aire húmedo que nos refresca al cruzar por debajo, mientras los chavales de Protección Civil se inclinan vertiginosamente para tomar espectaculares fotos del grupo desde arriba.

En el momento de entrar al casco urbano alhameño se produce el mayor estiramiento del grupo. La larga fila no pasa desapercibida cuando atraviesa Alhama y escuchamos dos señoras comentando “-¿Quiénes son éstos?”, “-Los del senderismo ése…” La cabeza llega al punto de avituallamiento a las 11:45, ¡¡tras 20 km a las espaldas llevamos 22 minutos de adelanto sobre el horario previsto!! La cola hará lo propio, con otros 12 minutos de adelanto. Protección Civil advierte a los guías “vais como motos, hay que bajar el ritmo”. En este primer punto de incorporación Fran nos comunica que se han sumado unas 16 personas.

Los voluntarios han desplegado mesas donde reparten bocadillos -enormes-, fruta, agua fresca, frutos secos y unas pequeñas chocolatinas que causan sensación. Reanudamos a la hora prevista 12:32h. El adelanto ha dado lugar a que el tiempo de descanso haya sido más prolongado (con lo riesgos que comporta un excesivo enfriamiento) pero no está mal acaparar fuerzas teniendo por delante Los Molinicos. Este nombre empieza a convertirse en leyenda después de los padecimientos del año pasado. Los que no los vivieron preguntan “Pero… ¿qué pasa en Los Molinicos?”.

Alcanzamos el desvío de la carretera de Roquetas en hora, con el grupo compacto. Es de los pocos tramos que caminamos por el arcén y Protección Civil ha desplegado un visible dispositivo de señalización con vehículos y efectivos que nos facilitan mucho este paso. Psicológicamente para los que salimos de Almería es un punto singular, porque supone la mitad exacta del recorrido.

Después del Corral de los Pinos debemos bordear una finca vallada, para lo que no hay una senda clara ni fácil. Este año habíamos elegido una alternativa más cómoda que en otras ediciones para llegar a la acequia que discurre por la parte superior de la finca. Poco después coincidimos con un sendero de pequeño recorrido, PR-, que asciende a la Ermita de Huécija, recientemente homologado y señalizado.

Llegamos en hora a Los Molinicos, 13:42, donde Carmen incorpora un pequeño grupo de cuatro personas. Empieza el momento más temido, la subida hasta el Alto de la Artesilla, que siempre coincide con las horas de más calor. No obstante este año la temperatura es bastante más suave que en 2011 y se alcanza el alto con esfuerzo pero sin sufrimiento, por lo que el grupo continúa bastante compacto. Poco antes del Pozo de Santa Ana han sido colocadas unas cincuenta colmenas repartidas a ambos lados de la senda y, aunque el viento juega a nuestro favor y reduce el riesgo de sustos, según lo previsto el grupo es desviado del camino separándose unos 50 m. En ese momento recibimos la llamada de Fran, que se extraña de que ya estemos llegando al Pozo de Santa Ana, cuando él está aún saliendo desde Canjáyar de cargar el avituallamiento correspondiente a este punto “¿no vais demasiado rápido?” Hay que decir en su descargo que en 2011 se había acumulado aquí un retraso de casi media hora.

A las 14:35 la cabeza del grupo llega al Pozo de Santa Ana, con tres minutos de adelanto. El segundo coche de voluntarios, que no necesitó volver a Canjáyar, nos está esperando con las mesas llenas de bocatas, fruta, y agua fresca, que nos saben a gloria. El avituallamiento se agradece pero la gente está más entera y hay más bullicio que en la edición anterior. Y si hasta ese momento habían predominado los claros sobre las nubes, ahora empezamos a ver el cielo muy cubierto por poniente, nuestro destino. Ligeros movimientos en las mochilas buscando las primeras prendas de abrigo. El padre de Juanfra echará luego de menos las gafas que supone extraviadas en esta parada. Afortunadamente las recuperará tras volver al día siguiente (en coche, eso sí). Nos ponemos en marcha a las 15:05h.

En la Ermita de San Antonio se suma el grupo de Íllar, 13 personas. Tomamos el camino arriba del Barranquete, que tiene algún repecho incómodo y provoca que el grupo se estire. Se parte finalmente atravesando los bancales de naranjos, y la cola no toma el atajo que lleva a la pista de Los Morales, lo que le obliga a volver en busca del grupo.

A las 15:40h (con 8 minutos de adelanto) se llega a la pista de Los Morales, aunque para los de Almería es el kilómetro 30,5. El grupo se amontona para dar ‘el saltito’ desde la senda a la pista (con abundantes paparazzis en busca de fotos con morbo). En ese momento caen las primeras gotas del día, y al poco tenemos encima un chaparrón interesante, con rachas de viento, que hace menos árido este tramo. Se comprueba que todos han leído las previsiones meteorológicas y van provistos de los correspondientes chubasqueros. El grupo sigue estirado con unas diferencias medias entre cabeza y cola de casi 15 min, pero en la pista se mantiene el contacto visual fácilmente. Desde la ermita de la Cruz se ve por primera vez Canjáyar, envuelto en nubes amenazantes.

A las 16:20h la cabeza ha atravesado Instinción y está en el punto de incorporación. Lleva un rato lloviendo con cierta intensidad, pero a pesar de ello la cabeza y los recién incorporados esperan el reagrupamiento con la cola. Se reanuda la marcha en hora. Para los que han salido de Almería es un momento delicado; llevan diez horas andando y han recorrido 33 Km: es el momento de ‘el muro’, cuando el cuerpo dice que no puede más y Canjáyar parece inalcanzable. Cada uno lo administra a su manera, los mejor entrenados casi no lo perciben y el resto lo superamos bajando el ritmo, comiendo algo, poniendo ‘piloto automático’ o conversando. Lo importante es tener la cabeza fría, no pensar en ello, y al cabo de un rato el cuerpo reacciona y es entonces cuando sabes que sí, que llegarás. Jesús con sus 14 años, el benjamín desde Almería, lo experimenta por primera vez y lo supera a fuerza de barritas energéticas y música.
En Instinción se ha sumado un grupo de voluntarios con sus características sudaderas verde pistacho. Uno de ellos lleva en su macuto el lema: “menos maleta y más mochila”, toda una declaración de principios. Pasamos por el Pozo de San Miguel sin necesidad de espera alguna pues nadie ha elegido este año Rágol como incorporación. A lo largo de los 6 km que separan Instinción del Área Cristal el grupo camina estirado y fragmentado, pero sin que las diferencias entre cabeza y cola superen los 10-15 min. Fran abre el paso durante un buen trecho conduciendo el coche de policía municipal, con las consiguiente sornas de sus amiguetes. Y por fin la lluvia deja paso al arco iris, pero hay que mirar hacia atrás para verlo y algunos se lo pierden. Néstor se queda rezagado, lo que finalmente dará lugar a que las llaves de los aseos del merendero no lleguen a tiempo, y el personal tenga que arreglárselas en el campo.
En esos momentos empieza a cobrar fuerza un bulo entre la gente de cabeza: hay bocadillos de jamón, alguien los ha visto. No parece muy fiable, pero el hecho real es que el paso se acelera y Carlos se ve obligado de nuevo a pedir moderación en el ritmo. A las 17:38 h la cabeza llega al Área Recreativa El Cristal con más de 15 min de adelanto. En este tercer y último avituallamiento la fuerte lluvia y viento han disuadido a casi todos los que debían incorporarse. Néstor decide quedarse, una prueba viviente de que al más experimentado y curtido se la puede jugar un día el calzado.

Atravesamos el Pinar de Bocharalla, siguiendo los mojones que Rafael ha ido colocando en los meses previos. Se insiste en guardar una fila absolutamente compacta, y se consigue. Saliendo al llano de Bocharalla, recibimos la llamada de representantes de la Hermandad de la Santa Cruz, confirmando que efectivamente nos abrirán la iglesia y darán a besar la Cruz.
Nos reagrupamos en la balsa pentagonal, momento en que queda desvelado el misterio de “la costa de Canjáyar”. Se inicia el Camino de los algarrobos con Canjáyar a la vista, y el grupo bastante compacto. A las 19:20h la cabeza pasa el Andarax, que sigue con agua (y van tres años), aunque sin mojarse los pies. El guía que cierra va algo descolgado y lo hará 13 min después.
Get the flash player here: http://www.adobe.com/flashplayer

1930h: Llegada a la carretera, que tiene el arcén limpio y permite caminar separados del asfalto. Protección Civil señaliza y da seguridad al grupo. Poco después la cabeza recibe los primeros aplausos de los canjilones que esperan en el Parque de los Catalanes, y llega al templete atravesando la Puerta del Peregrino. Es el primer año que cruzamos esta simbólica puerta, bautizada así por iniciativa de los canjilones catalanes, agrupados en la Asociación de la Santa Cruz de Tarrasa. Son estas aportaciones las que ‘hacen camino’ y van dotando a la ruta de contenidos que van más allá de la celebración del IV Centenario.

En el templete de la Cruz Blanca se suman los últimos peregrinos, muchos familiares directos de quienes salieron de Almería antes de salir el sol, y comienzan los abrazos entre participantes y las fotografías en este enclave emblemático. La cabeza espera unos minutos para reducir diferencias con los guías de cierre, que cuando finalmente llegan ven al grupo subiendo por la cuesta del cementerio.
A las 19:50h los primeros peregrinos llegan a la plaza, con unos 13 min de adelanto; los últimos, acompañados por un vehículo de Protección Civil, lo hacen a las 20:11h. La puntualidad de esta edición es para recordar: no se ha acumulado nada de retraso en más de 44 Km y trece horas y media desde que se puso en marcha el grupo de Almería. Por ello también se adelanta media hora la salida del autobús de vuelta.

Representantes de la Hermandad de la Santa Cruz nos acogen en la Iglesia y nos dan las gracias por el esfuerzo, y por supuesto, sellan los mapas guía. A continuación se da a besar la Cruz.
Con algo más de retraso llegará el 2º vehículo de Protección Civil. Nos cuentan que han tenido que abandonarnos por unas horas para hacer un rescate urgente en la Cala de San Pedro, que ha finalizado con éxito tras un durísimo trecho de transporte a pulso en camilla del accidentado. Se incorporan a tiempo para la merecida ronda de cervezas con que les obsequia el Ayuntamiento de Canjáyar.

Otro dato interesante: al final de la jornada sobró una bolsa llena de bocadillos, que durante la mañana del domingo será llevada por un matrimonio canjilón a un comedor social de Almería.

El autobús de vuelta es una fiesta, con aplausos para todos los que se van bajando en las diferentes paradas. Los hermanos Navas apuntan en su agenda la nueva cita para el sábado 13 de abril de 2013, mientras unas cuantas participantes reclaman “que les den sus bolsitos”. Los organizadores, sorprendidos y desconcertados ante esta petición “que viene en el blog” (¿?), se enterarán en los días siguientes que se trata de una broma (con base real) entre los blogs personales de algunas participantes de Madrid, Almería y Murcia.

En conclusión, bastante acierto de las previsiones meteorológicas: hubo temperaturas suaves, viento, nubes y lluvias, tal y como se había informado desde nuestro blog. La homogeneidad del grupo y la benignidad del clima han reducido considerablemente los abandonos con respecto a otras ediciones, y se han cumplido con facilidad los horarios previstos. Tanto esta Subcomisión como los voluntarios y el Ayuntamiento estamos muy orgullosos del resultado de esta 3ª edición de la peregrinación Almería- Canjáyar, y os emplazamos para la próxima en el 2013. Gracias a todos y enhorabuena.